
¿Estás ahí?
¿Me escuchas?
¿Qué es lo correcto?
¿Cómo eres?
¿Quién eres?
¿Existe el cielo?
Creo que uno de nuestros grandes problemas con la religión es querer contestar justamente estas y muchas otras preguntas. Nací y crecí en una familia católica en la que TENÍAS que ir a misa todos los domingos. No era opcional; aunque salieras un sábado y llegarás a la hora que llegaras y cómo llegarás, a las 12 del día tenías que estar en misa. Este tipo de cosas hizo que me alejara un poco de ti… sentía una obligación y una insatisfacción contigo. Creo que uno de nuestros grandes problemas con la religión es querer contestar justamente estas y muchas otras preguntas.

Me aleje mucho tiempo, creí que solo con ser una buena persona y hacer actos de bondad, podía llevar una vida feliz y completa. Aprendí que este tipo de cosas ayuda a sentirse mejor, a volverse una mejor persona, a aprender a amar de verdad, a conocerte; pero lo más importante es que inconscientemente me ayudó a acercarme a ti, solo que no de la manera tradicional.

Deje de querer entenderlo todo, deje atrás tantas reglas, tantos castigos, tanto bien y mal, tanta confusión… me acerque a ti de todas las maneras que pude y te encontré. Hoy me siento más cerca de ti que cuando iba a misas todos los domingos a reír y jugar con mis hermanos tonterías porque no lograba poner atención a lo que me trataban de decir. HOY me doy cuenta que DIOS es simplemente AMOR. De la manera que lo quieras ver, como un ser supremo, como una divinidad, universo, lo que sea… Al final si a Dios lo ves como AMOR es mucho más sencillo acercarte.
En tiempos difíciles yo no pude hablarle a Dios directamente y pedirle cosas o agradecerle cosas, pero si pude agradecerle al amor por tenerme aquí, por apoyarme, por acompañarme; he podido pedirle más cosas al sentimiento que a un ser.

Con todo esto no trato de decir que no existe un Dios, solo creo que es mucho más fácil verlo como el AMOR que nos rodea todos los días. Siento que así como tenemos diferentes idiomas, tradiciones, comida, gustos, preferencias; así debería de ser de normal que cada quién crea en lo que quiera sin ser juzgado. Simplemente quedándonos con el amor que todos queremos para los demás.
Cada religión tiene tradiciones, ritos y creencias muy bonitas y si en lugar de juzgar tratamos de aprender de ellas sin “convertirnos”, entre todas podríamos crear humanos maravillosos. Hoy me siento feliz de ir a terapias mayas, meditaciones budistas, alineaciones con cuarzos, retiros espirituales, ceremonias de cacao, terapias de energías…. Porque sé que todo esto no me aleja de Dios, simplemente me hace dar pasos hacia ser una mejor persona, tener más amor y sobre todo dar más amor; que desde mi punto de vista es lo que quiere un Dios maravilloso.